martes, 19 de enero de 2010

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Los códigos sociales de la humanidad siempre será una materia que no te la impartan en el colegio o en la universidad. No es un "crédito" el cual puedes aprobar y ya. O dar un examen final y copiarle a tu pana que está al lado. Esas son las cosas que te toca aprender en el día a día y tu no eliges cuando aprender, simplemente te toca. Algunos más temprano a otros mucho después.

Sin embargo aventurarse a decodificarlos es una tarea sorpresiva. Los códigos varían como la cantidad de personas con las que te encuentres. Y al parecer los códigos más díficiles, los del cortejo son diferentes en procesos pero iguales en su objetivo. El fin es llegar a decodificar.

Pero hay seres más complejos en donde sus múltiples códigos no te aclaran, te confunden, te distraen, te enredan. Te surmegen en millares de disyuntivas y te abandonan en una especie de limbo lingüístico. El significado y el significante no tienen sentido; construcciones gramaticales y sintácticas se desmoronan, te tragas y te ahogas en tus propias palabras. Los fonemas desvarían, tu lengua se entumece... De esos seres, lo único claro que tienes es el género: tercera persona del género femenino.

Esos seres alteran tus codígos que creiste conocer, te retan y te cuestionan si realmente estás preparado para decodificar.


Yo creo que sí.

3 comentarios:

  1. aashhhh jaaaaviiiee-e-e-rrr deje asi no se complike!

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  2. c'est la vie... De esos seres complejos es de los que mas se aprende, claro después de darte contra el suelo algunas veces pero sirve :)

    casi no te decodifico veee...
    Fer..

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